viernes, 30 de marzo de 2012

EL TITI



Era rubio, de pelo lacio, un poco golfillo y deslenguado. Desde luego que no era de los que pisaban blando para no lastimar callos. En el asunto de los bollicaos era todo un lince. Estudiar podría muy bien ser su afición y tendría mucho éxito si no fuese porque debía saber que en la vida existen muchos modos de ganarse la vida.

A veces estábamos en grupo grande todos juntos, cada uno con su libreta y yo sentada con ellos en una silla pequeña. Como intentansen hacer sus cosas y estuviesen atentos a lo que yo les había pedido que hiciesen, me paraba a pensar en realmente cómo serían sus vidas y si se podría establecer alguna relación entre ellas y lo que dijésemos en clase. 

Así que se me ocurrió hacer algunas preguntas.Por ejemplo:

- ¿En qué trabaja tu papá?. 

Respuesta:

- Mi padre no trabaja porque está en la cárcel.

Glub, vaya, ahora a ver que digo...

-¿Y por qué está en la cárcel?.

Respuesta:

- ¡Y pó qué va zé!. Poque ha robao zei gallina pa comé!

Así era el Titi de claro y directo.

Y a la maestra se le acabaron las ganas de hacer preguntas.

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